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Plan de partido fuera: Dónde ir a ver fútbol
Pantallas gigantes, amigos a tu lado y pintas de Guinness: así convierte España cada partido en una fiesta colectiva a pie de barra
En otros países el fútbol se ve en silencio desde el sofá. En España no: aquí cada encuentro es la excusa perfecta para un plan social de alto voltaje. Antes, durante y después del partido, el bar se convierte en grada y la cerveza en el jugador nº12. Bienvenidos al Plan de Partido, donde los goles se celebran con la misma intensidad que en el mismísimo estadio.

¿Por qué nos gusta tanto el Plan de Partido?
Lo dicen las encuestas: un 70% de los españoles prefiere ver los partidos en un bar antes que en casa. El motivo no es la calidad de la pantalla, sino la compañía. El 95% reconoce que el fútbol es la excusa perfecta para reunirse con amigos y más de la mitad anda buscando buen ambiente. Ni la mejor 4K reemplaza cantar un gol al unísono con todo el público. Hacer piña forma parte del juego: celebrar (o sufrir) juntos crea un vínculo especial que trasciende colores. Porque un partido compartido no dura 90 minutos: empieza con las bromas previas y se alarga en la tertulia posterior. No es casualidad que 2,6 millones de personas sigan el fútbol cada semana en bares de España.

¿Dónde vivir el Plan de Partido perfecto?
Estos son nuestros locales recomendados para disfrutar del Plan de Partido en los rincones más futboleros de España:
El código no escrito del Plan de Partido
Como todo ritual español, ver el partido en el bar tiene sus reglas no escritas. He aquí el manual del hincha con estilo:
Primera: La previa es sagrada. Quedar antes del pitido inicial es obligatorio para saludar, hacer quinielas y pedir la primera ronda.
Segunda: La pantalla, territorio VIP. Ponerse delante de la tele en la jugada clave es pecado mortal. Si el bar está a reventar y te toca sitio de pie, asume la postura con discreción: cuerpo ladeado, nunca tapando visión. Y nada de gritar “¡gol!” antes de tiempo en un tiro dudoso; si la pelota no entra, te llevarás todas las miradas asesinas.
Tercera: La camiseta es opcional pero recomendable. Declara tu tribu, facilita las alianzas instantáneas y justifica los gritos desaforados. Eso sí: en territorio enemigo, mejor la prudencia que la provocación.
Cuarta: Aquí se viene en grupo y se bebe en grupo. La tradición manda invitar por turnos: hoy por ti, mañana por mí. Durante el ‘tercer tiempo’ nadie saca la calculadora de quién pagó qué.
Quinta: Nada de estar pegado al móvil. En el bar se comenta la jugada en vivo, no por WhatsApp. El teléfono puede usarse para ver una repetición polémica o sacar la foto de la cuadrilla celebrando el 2-1, pero luego vuelve al bolsillo.
Sexta: Nadie se va al terminar. El post-partido es medio plan. Se analiza cada gol, se discute la alineación, se sueña con la final. Y si tu equipo cayó, tus amigos no te dejarán marchar sin brindis de consolación.

Plan de Partido: ¿Qué beber?
El fútbol pide cerveza, y pocas pintas tienen tanta tradición como la negra irlandesa. Guinness ya no es solo una bebida: es parte del ritual. Ver cómo el vaso se llena, cómo la espuma se asienta y cómo el camarero dibuja un trébol es casi tan emocionante como el saque inicial. Su sabor tostado acompaña la previa, el gol celebrado a gritos y la charla del final. Cada trago sabe mejor cuando se comparte entre cánticos y brindis.
Y para los partidos entre semana, está la Guinness 0.0: misma cremosidad, mismo carácter, pero sin remordimientos al día siguiente. Puedes brindar, cantar y repetir pintas sin miedo a la reunión de las nueve. Porque al final, lo que importa no es lo que bebes, sino con quién lo celebras.

De la radio al 4K: cómo han evolucionado los bares deportivos
El bar español ha vivido su propia revolución tecnológica al ritmo del fútbol. Primero fue la radio en los años 50, luego llegó aquella primera tele en blanco y negro que el dueño compró "para el Mundial del 82". Una sola pantalla, mala imagen, todos apiñados. En los 90, el cable y el satélite multiplicaron los canales: de repente podías ver la Premier, la Serie A, todo.
Hoy los sports bars son otra historia: proyectores 4K, pantallas en cada esquina, sonido envolvente que te hace sentir en el estadio. Apps para pedir desde la mesa sin perderte ni un córner, tablets con estadísticas en tiempo real, hasta zonas VIP con su propia pantalla. Algunos locales tienen sistemas que permiten elegir qué partido ver en cada mesa. La inversión tecnológica ha convertido bares tradicionales en auténticos centros de entretenimiento deportivo. El siguiente paso ya está aquí: realidad aumentada, estadísticas en pantalla, múltiples ángulos de cámara. El bar del futuro está cada vez más cerca del estadio, pero con mejor cerveza y sin salir del barrio.

Conclusión
El Plan de Partido es la máxima expresión de cómo vivimos el deporte en España: pasión colectiva, diversión y tradición, todo en uno. Es la evolución natural de nuestra cultura de barra y sobremesa aplicadas al deporte rey. Hemos convertido el hecho de ver un partido en algo más grande que el propio fútbol: una celebración social que se repite cada semana en miles de bares.
El próximo partido que te plantees ver solo en casa, recuerda que ahí fuera, en tu bar de confianza, no hay solo aficionados bebiendo cerveza: hay amigos haciendo equipo.
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