Juan Belda: “El verdadero éxito en la música es crear canciones que emocionan a otras personas”

Aunque todo está ya listo para verle tocar hoy, se toma un momento para sentarse con nosotros y compartir su historia. “Lo primero es lo primero”, dice con una sonrisa.

“Llegué a tener pensamientos tan bestias como dejar la música, y ahí me di cuenta de que mi realidad estaba distorsionada por lo que me afectó todo lo que vi en la DANA”.

Pregunta. Recientemente, en su columna de El País Semanal, Javier Cercas escribía que “en un mundo feliz no habría literatura”. ¿Habría música?

Respuesta. Yo creo que sí. Eso que dicen muchos cantautores de que la tristeza y los problemas inspiran, es mentira. A mí me inspiran mucho más la felicidad y la búsqueda de ella.

P. ¿Cómo caíste en este mundo?

R. Mis padres me apuntaron al conservatorio con 7 años para estudiar guitarra clásica. Más tarde hice la carrera de Comunicación Audiovisual y trabajé en cosas que no me llenaban. Pero la música siempre estuvo ahí, así que decidí darle una oportunidad. Al poco tiempo empezaron a llamarme para algunos trabajos, luego llegó mi primera gira nacional y entendí que podía vivir de esto. Y como siempre he sido compositor, pensé: “Si ya he cruzado esa barrera, ¿por qué no apostar también por mi propio camino?”

P. ¿Recuerdas en tu infancia la primera vez que la música llamó tu atención?

R. Por supuesto. Nuestros padres –porque tengo un mellizo que también es músico– nos ponían canciones de The Beatles, Queen y Mark Knopfler. En los viajes en coche, hacíamos coros y segundas voces. Tendríamos unos ocho años, pero ya jugábamos con la música de forma natural. Al volver del conservatorio nos pasábamos horas encerrados, él con el piano, yo con la guitarra, cantando. Mis padres solo veían la música como un complemento más a nuestra educación, pero con el tiempo entendimos que para nosotros era mucho más.

P. ¿Dedicarse a este oficio es hoy, más que nunca, un verdadero acto de fe?

R. Siempre lo ha sido. El arte, y especialmente la música, nunca han tenido un manual de instrucciones. Y eso lo hace arriesgado, pero también emocionante. Con trabajo, disciplina y determinación, se puede llegar lejos. Al final, lo más bonito es que en ese desconocimiento, cada artista traza su propio camino.

"Desde pequeños, la música fue un juego natural para mi hermano y para mí. Con el tiempo, todo tuvo sentido".

P. Según tú, ¿una canción debe ser compleja, simple, bella, coherente, llena de significado, o es simplemente un juego sin reglas?

R. El mainstream y la industria marcan tendencias, sí, pero la música es mucho más que eso. No existen normas fijas, y ahí está su magia. Es un territorio infinito donde podemos explorar, reinventar y sorprender.

P. Háblanos de tu sonido. ¿Cómo creas esa textura tan especial en tus canciones?

R. No sabría explicarlo. Para mí, el único filtro es que mi trabajo me emocione. Nunca pienso en si algo está de moda o si va a gustar, simplemente sigo lo que me mueve por dentro. Tengo la creencia de que, si algo me emociona a mí, puede emocionar a los demás.

P. ¿Cómo definirías tu estilo musical?

R. Ni idea. Ni siquiera sé cómo me define Spotify, pero diría “cantautor con muchísimas influencias”.

P. ¿Qué artistas te han marcado? ¿Tenías posters de alguien en tu habitación?

R. Mi hermano y yo escuchábamos mucho rock: The Beatles, Aerosmith... pero fue Queen quien realmente nos voló la cabeza. Su forma de componer, de cantar: Freddie Mercury era libertad en estado puro. Mi padre nos ponía a Mark Knopfler en el coche, y luego, como guitarrista, siempre me han fascinado tipos con mucho feeling como el propio Knopfler o John Mayer.

"Lo más bonito del arte es que en su desconocimiento, cada artista traza su propio camino".

P. Recientemente en Instagram has compartido que llevas dos meses en tu estudio armando tus mejores canciones para un disco nuevo. Y dices que te quedarías en esta fase a vivir. En tu día a día como, músico, ¿es este tu momento más feliz?

R. No exactamente. La música para mí es muchas cosas: producir, componer, tocar en giras… y, por supuesto, mi propio proyecto. Necesito todas esas facetas para sentirme completo. Pero es cierto que hay un momento especial en el estudio. Pasas horas y horas grabando, y de repente, cierras el ordenador a la una de la mañana, te subes al coche para volver a casa y, antes de arrancar, pones lo último que acabas de grabar. Y ahí, escuchándolo a solas, te emocionas y piensas: ¡Guau! Ese instante es increíble. Nadie más lo oye, solo tú. Ese momento es pura gasolina.

P. ¿Cómo y cuándo surgió la idea de componer “Caminantes”?

R. [Tarda unos segundos en contestar] Dos semanas después de la DANA entré en un momento muy oscuro. Había estado ayudando muchos días y terminé agotado, tanto mental como físicamente. Llegué a cuestionarme todo: “¿Qué hago dedicándome a la música? No sirve para nada. ¿Por qué no intento algo más útil como coger una pala y ayudar de verdad?”. Imagínate llegar a ese punto. Aquellos días estaba en el estudio intentando seguir con mi trabajo, preparando repertorios, produciendo a otros artistas, pero no conseguía concentrarme en nada. Sólo tenía en la cabeza lo que había vivido y lo que me habían contado. Fue ahí cuando salió la idea de “codo con codo”, que es central en la canción. A partir de ese concepto sentí la necesidad de componer algo que reflejase esa experiencia vital, que la canalizase. Así nació “Caminantes”.

P. ¿Cómo te sentiste al terminarla?

R. Fue extraño. Esperé un mes antes de publicarla porque sentía que hacerlo podía ser irrespetuoso. Incluso tuve que llamar a mis amigos de la zona cero y decirles: “He escrito esto, ¿te molestaría que lo publicase”? Ellos escucharon el fragmento y dijeron: “Sácalo adelante, tío”. Y así fue.

P. ¿De dónde venía ese pudor tuyo?

R. Del convencimiento de que yo no he venido a abanderar ni a liderar ningún movimiento. Solo he querido poner mi granito de arena.

P. Y de repente aparece Johnnie Walker y convierte la canción en el himno de su iniciativa para apoyar a la música valenciana tras la DANA. ¿Cómo lo has vivido?

R. No me esperaba que se hiciera tan grande, pero esta colaboración ha llegado de una manera muy natural. La canción ya estaba escrita, llevaba este nombre [coincide con el Caminante de Johnnie Walker, símbolo de su filosofía Keep Walking], y ahora hemos producido juntos la canción, hemos creado una pieza audiovisual preciosa para acompañarla y, el 8 de febrero, la presentamos en concierto en la Sala Moon. Me siento muy orgulloso de toda la movida que se ha creado y de poder ser parte de esto.

"Yo no he venido a abanderar ni liderar ningún movimiento. Solo he querido poner mi granito de arena.”

P. ¿Cómo está siendo la colaboración con Johnnie Walker?

R. Estoy muy satisfecho porque es algo real, no es puro marketing.

P. ¿Cómo fue tu experiencia ayudando tras la DANA? ¿Cómo lo viviste?

R. [Deja caer los hombros. Se apoya sobre la mesa]. Pues, como te puedes imaginar... Hice exactamente lo mismo que todo el mundo. Estuve ayudando cada vez en un pueblo, casi sin darme cuenta de lo heavy que era. Los efectos me llegaron 15 días después. Estaba sin fuerzas. Me dije: no puedo seguir ayudando, porque voy a entrar en una depresión. [Se le quiebra la voz].

P. Mucha emoción personal.

R. Sí.[Cambiamos de tema].

P. ¿Cuál es tu definición del éxito en la música?

R. Con el tiempo me he dado cuenta de que el éxito es estar en paz contigo mismo, mirar atrás y sentirte orgulloso de todo lo que has hecho. La otra parte es poder vivir de la música, aunque sea sin grandes lujos. Tener una vida normal, pero sabiendo que lo que has creado emociona a otras personas.

P. ¿Qué querías transmitir con esta canción? ¿Es como un grito de socorro?

R. Yo la veo más bien como un relato de esperanza y quizá un relato épico, pero no en el sentido de grandioso, sino como un camino que puede llevar a un final bonito, a un impulso hacia adelante.

“Me gusta pensar que ‘Caminantes’ es un relato de esperanza más que un grito de socorro.”

P. ¿Puede ser la música un impulso de ayuda, de protesta, de concienciación?

R. Por supuesto. La música ha sido parte de muchas revoluciones y, aunque esta no sea una revolución, tal vez debería serlo... Si nos metemos en cosas menos sentimentales y más pragmáticas y políticas relacionadas con la DANA, después de lo ocurrido en Valencia no ha dimitido a nadie del gobierno valenciano...

P. ¿Qué esperas que sienta el público al escuchar este tema por primera vez en el concierto y luego en sus casas?

R. Espero poder transmitirles toda mi emoción, como ha sucedido en Instagram, donde he recibido muchos mensajes muy bonitos. Y una vez en el escenario, el día 8 [la entrevista se realizó dos días antes], espero no emocionarme tanto como para no poder cantarla [risas].

P. ¿Crees que es responsabilidad de grandes marcas como Johnnie Walker abanderar causas sociales como esta?

R. No creo que sea su responsabilidad. La verdadera fuerza de estos movimientos debe estar en la sociedad civil, en la gente que los vive y canaliza su experiencia a través de fundaciones o iniciativas. Las instituciones públicas han de poner todos los medios a su alcance, y en estas situaciones sí creo que deben actuar las estructuras privadas con capacidad económica por pura lógica social. Dicho esto, agradezco que marcas con tanto alcance como Johnnie Walker contribuyan y apoyen de esta manera. Su ayuda es innegable.

“Quiero seguir apostando por mi música y que se convierta en mi plan A.”

P. Como estamos en The Bar, ¿sigue siendo para ti un bar ese lugar perfecto para socializar con tu gente y celebrar?

R. Sí, claro, sobre todo si hay música en directo. Y si no es en directo, que no la pongan muy fuerte para poder hablar tranquilamente con los míos.

P. ¿Qué tiene que tener, sí o sí, una buena celebración?

R. Una paella.

P. Dinos tres bares fetiche en los que siempre disfrutas.

R. Los tres están en Valencia. Uno es un lugar mítico donde han surgido muchos cantautores y que fue clave en mi crecimiento como artista. Se llama Kaf Kafé (@kafcafebenimaclet). Otro que destaco es El Volander (@elvolander), especial por su ambiente y la calidad de los músicos que pasan por allí. También me encanta el Loco Club (@lococlubvalencia), un espacio donde siempre he disfrutado mucho y he conocido a grandes artistas.

P. Por último, ¿qué deseos tienes para 2025?

R. Soy muy precavido y realista a la hora de proyectar. Lo que sí sé es que quiero tener esa energía extra, después de volver de gira o producir y componer para otros, para seguir apostando por mi proyecto personal. Quiero que ese acabe siendo mi plan A.