Vania Vainilla

Vania Vainilla: “Soy una obra maestra en movimiento”

Conversamos con la leyenda del drag nacional sobre el futuro LGTBIQ+, sus 20 años de trayectoria y su road trip anual con Orgullo de Pueblo de J&B por toda España 

Vania Vainilla

7 de septiembre. Benidorm. Vania Vainilla desfila sobre la caravana de Orgullo de Pueblo como una auténtica diva. Lleva un vestido en zigzag de tonos tan eléctricos que parecen disparar luces caleidoscópicas sobre la multitud. Eso provoca aplausos de fascinación y aplausos de amor que acaban convirtiéndose en aplausos de éxtasis.

23 de octubre. Madrid. Nos citamos con la comedy queen en Marta Cariño, uno de los locales más vibrantes de la capital, a solo un paso de la Gran Vía. Al principio su voz es un susurro que va adquiriendo cuerpo y nitidez conforme pasan los minutos. Sobre la mesa hay una cajita de uñas postizas; en el suelo, unos tacones tan altos que podrían ser considerados arma blanca. “¿Queréis que me los ponga?”, pronuncia con espíritu colaborador. Luego, a modo informativo, dice: “Un metro setenta y ocho. Casi dos metros con ellos”.

Vania Vainilla es una figura clave del panorama LGTBIQ+ en España. Leyenda del drag desde hace dos décadas, une la popularidad de su paso por Drag Race España (2023) con su impacto en iniciativas como Orgullo de Pueblo de J&B, que en sus tres ediciones ha recorrido más de 10.000 kilómetros llevando las celebraciones del pride a las zonas rurales del país. Instalada en su asiento, recibe la visita de nuestro técnico de sonido. “¿Vas a ponerme el micro? ¿Y esa petaca? ¡Menudo petacón!”.

 “Llevo 23 años derribando barreras y pienso seguir haciéndolo hasta el final de mis días”.

Vania Vainilla

Pregunta. ¿Cómo surgió el nombre de Vania Vainilla?

Respuesta.
Al principio éramos un grupo: Vania y Adania, de Eva y Adán. Mi compañera lo dejó y me quedé sola. “Vainilla” llegó más tarde por una red social.

P. ¿Por qué empezaste en el mundo del drag?

R.
Por la “necesidad” de entrar a los bares. Tenía 17 años y no me dejaban pasar a ningún sitio... ¿Te imaginas? En cuanto me vieron “así” [se acomoda el vestido de forma provocativa] se me abrieron de golpe todas las puertas...

P. ¿Cómo es tener un alter ego?

R.
Es mezclar a dos personas en una coctelera: nunca sabes quién va a salir, si Vania o... ¡Diego! [su voz muta de golpe al registro de macho]. ¡Ostras, qué susto!

P. ¿Dónde encuentras más espacios de libertad, en Vania o en Diego?

R.
Vania me da una seguridad que Diego no tiene. Diego es esa persona más tímida y retraída, y Vania saca todo lo que hay de él.

P. ¿Esperabas convertirte en el fenómeno que eres hoy?

R.
¿Fenómeno? ¡Será paranormal! Me considero igual que cualquier otra drag, pero he tenido la suerte de entrar en un programa de televisión que me ha hecho un poco más conocida.

P. ¿Cómo fue tu experiencia en Drag Race España?

R.
Maravillosa y a la vez bastante dura por tener que estar 24 horas al día pensando en drag. Pero fue una experiencia muy bonita y me dio la oportunidad de mostrarme a toda España.

P. ¿Qué ha sido lo más desafiante de tu carrera hasta ahora?

R.
Subir las calles de Toledo con 20 centímetros de tacones.¡Están llenas de adoquines!

P. ¿Cada vez más gente entiende el drag como un arte?

R.
Algunos lo entienden, otros no. Pero cariño, solo me importan los primeros, porque mírame bien: soy una obra maestra en movimiento.

P. Si tuvieras que describirte como drag...

R.
...diría que soy un payaso para adultos.   

“Con el humor siento que entro en lo más profundo de las mentes: es una sensación de mucho poder”. 

Vania Vainilla

P. ¿Cuánto tardas en convertirte en Vania?

R.
Depende del make up y del vestido, pero entre una y tres horas.

P. Después de tantos años subida a un escenario... ¿Cómo se ve desde ahí arriba la civilización?

R.
¡Desde ahí arriba lo que veo son muchos calvos! [Risas] El nivel de civilización depende de la hora: al principio todos están bastante bien y luego involucionan, pierden los papeles, pero tiene su encanto...

P. ¿Qué cosas te molestan de la sociedad actual?

R.
El indivualismo que se está creando y la poca empatía con los demás.

P. ¿Cuáles son tus objetivos como drag?

R.
Llegar a la mente de la gente, meterme en esa puerta que tienen cerrada y de repente, ¡pum!, abrirla. Cuando se ríen, cuatro o cinco segundos después de haber contado un chiste, pienso... ¡Estoy entrando en lo más profundo de sus mentes! Y es una sensación de mucho poder.

P. ¿Buscas también derribar barreras?

R
. Llevo 23 años haciéndolo y no pienso parar hasta el final de mis días.

P. ¿Cuál es tu secreto para hacer reír en el escenario?

R.
Es un don natural, me sale solo...

P. ¿Qué otro talento te hubiera gustado tener?

R
. Me hubiera gustado ser malabarista y hacer trucos con bolas. ¡Uuuuuaaahhh! 

“Orgullo de Pueblo de J&B me tiene fascinada. Hemos derribado muchas barreras”. 

Vania Vainilla

P. ¿Cómo ves el futuro LGTBIQ+?

R.
Para esta pregunta tenía algo muy bueno. ¿Qué era? ¿Qué era? (...) ¡Lo tengo! “E.T.E” Educación, tolerancia y... [Pasa unos largos segundos buscando la palabra].

“España”, grita alguien del equipo. Vania estalla en carcajadas. “¡Empatía!”, responde mirando a la cámara. Y retoma la frase de forma sobreactuada: “El futuro LGTBIQ+, lo veo con estas tres siglas: educación, tolerancia y empatía”.

P. Háblanos de Orgullo de Pueblo de J&B.

R.
 Me tiene fascinada todo lo que hemos conseguido estos tres años llevando la fiesta a cada rincón de España... y siempre de la mano de J&B. Ay, ¡qué bonito! ¡Traedme una botella! [Risas].

P. ¿Qué ha significado para ti a nivel humano?

R. 
Es increíble ver las caras de sorpresa de la gente al llegar, y luego hacerles descubrir que somos personas normales con un show fantástico. La Huesito, Oski, Roy [Porto], Sergio... ha sido maravilloso viajar con un equipo así y ayudar a que la gente normalice.

P. ¿Sientes que se han derribado barreras?

R. 
Muchísimas. Creo que Orgullo de Pueblo de J&B es fundamental para apoyar a las personas del colectivo que viven en zonas rurales, donde no siempre se sienten representadas. Ha sido muy emocionante llevarles nuestra diversidad y alegría.

P. ¿Puedes explicarle al público lo que es el sexilio?

R.
El sexilio es lo que sufre mucha gente en sus pueblos, al no poder vivir su sexualidad libremente. Y eso les hace tener que emigrar a las grandes ciudades. Yo, por suerte, al ser de Zaragoza no lo sufrí: desde muy jovencita viví mi sexualidad como quise y sin barreras.

P. ¿Cómo fue tu adolescencia?

R.
No voy a llorar, ¿eh? Mi adolescencia fue bastante buena. Mi madre no tuvo ningún problema con que yo fuese drag queen ni con mi identidad sexual. Y mi padre, pues bueno, él es de un pueblo de Teruel y le costó un poquito más. Pero ahora está todo muy bien. En Drag Race vino a verme al teatro y se levantó para aplaudir gritando: “Mi hijo, mi hijo”. Fue muy bonito [Se emociona].

P. ¿Es responsabilidad de marcas como J&B utilizar su influencia para crear cambios positivos en la sociedad?

R.
No hablaría de responsabilidad ni tampoco de obligación, pero sí es muy bonito que J&B utilice su envergadura para hacer cosas por el colectivo, y no solamente durante el Orgullo, sino todos los días del año. 

Vania Vainilla

P. ¿Qué actor y actriz elegirías para interpretar tu biopic?

R.
Elegiría la misma actriz para los dos papeles: Loles León. ¡Me encantaría!

P. ¿Cuál es la pregunta más molesta que has tenido que responder?

R.
A veces la gente me pregunta cosas muy raras: si soy chico o chica, que cómo quiero que me llamen... Pues no lo sé, cariño, ¿tú qué ves? A la madre de las Kardashian. Eso tienes que decirme, que soy clavada a Kendall Jenner.

P. Si tuvieras que pedir un deseo, ¿cuál sería?

R.
¡Una cuarta edición de Orgullo de Pueblo! ¡Me encantaría!

P. ¿Cómo es tu bar perfecto?

R.
Marta Cariño, en el que nos encontramos hoy, sería uno de ellos. Para mí el bar perfecto es uno en el que tengamos cabida los miembros del colectivo LGTBIQ+ y nos dejen desarrollarnos como artistas.

P. ¿Eres buena anfitriona?

R.
Sí... ¿Y sabes por qué? ¡Porque si venís a mi casa os recibiré con un pedazo de copa de balón con J&B!


Tras la avalancha de preguntas, Vania Vainilla regresa a la tranquilidad inicial, o eso parece. Acaba de sentarse en un extremo del bar y mira su teléfono en absoluto silencio. Podríamos creer que es otra persona, pero la fantasía se diluye en segundos, cuando se gira hacia nuestro cámara y con desparpajo, suelta: “Pablo, cariño, sácame guapa. Ponme un filtro París, que me deja fantástica... Un París, un Oslo, un Natural Beauty... ¡Lo que sea!”.  

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